El trigo es una fuente de aminoácidos esenciales (que el cuerpo no puede producir por su cuenta) como la valina y la fenilalanina. Cien gramos de trigo cubren la cantidad diaria recomendada de estos nutrientes. También proporciona una gran cantidad de cisteína, un aminoácido no esencial, que las ovejas utilizan para producir lana y en los seres humanos reduce el efecto tóxico del alcohol.
Es el cereal que más gluten contiene, por lo que puede resultar perjudicial para celiacos, intolerantes y alérgicos.
PREPARACIÓN
- Ponemos los granos de trigo en un cuenco con abundante agua fría y lavar hasta que el agua salga limpia. Dejar remojar durante toda la noche en abundante agua. Aclarar antes de cocinar.
- Vertemos un pequeño chorrito de aceite de oliva en la olla y bañamos con ella el fondo para que el trigo no se pegue. Ponemos en la olla el 1 medida trigo y tres medidas de agua, lo sazonamos con sal y lo llevamos al fuego.
- Cuando hierve, tapamos la olla y dejamos que cueza. Si se trata de una olla exprés rápida, el tiempo de cocción será de 22 minutos. Si lo hacemos en la olla exprés normal, el tiempo será el doble y si lo cocemos en una cacerola, el triple. De esta última manera, vigilaremos para que no se nos seque y queme, añadiendo un poco de agua si fuera necesario.
- Una vez transcurrido ese tiempo, retiramos la olla del fuego y con ella cerrada, dejamos que el trigo repose durante al menos media hora. En ese tiempo de reposo, absorbe todo el líquido y se pone esponjoso.
- Al abrir la olla veremos que el trigo ha absorbido todo el agua.
SUGERENCIAS
Podemos cocinarlo exactamente igual que el arroz, con verduras, carnes o pescados o salteado con ajo y perejil; también en postres, como plato principal y como acompañamiento de carnes y pescados. El trigo cocido y escurrido nos servirá también para el desayuno, añadiéndole un poco de miel o leche, para ensaladas, vaya, para todo lo que se nos ocurra.