La harina de almendra es una importante fuente de vitamina E y magnesio, además aporta proteínas, fibra, grasas monosaturadas sanas, potasio, calcio, fósforo, zinc y hierro.
La harina de almendra ayuda a reducir los niveles de colesterol, mejora la salud digestiva, reduce los niveles de azúcar en sangre, posee altos niveles de antioxidantes, aportan beneficios a nivel cognitivo, mejoran la salud de nuestros huesos y ayuda a mantener el peso.
Se hace moliendo almendras dulces. Suele hacerse con almendra pelada (sin piel) o con la almendra entera. Se parece más en consistencia a la harina de maíz que a la de trigo. Se usa en repostería y confitería: para elaborar macaroons de almendra y otros pastelitos dulces, para rellenar tartas, y es uno de los dos ingredientes principales del mazapán y la pasta de almendra. En Francés la harina de almendra se llama frangipane y es un ingrediente importante del tradicional pastel Galette des Rois. La harina de almendra ha ganado importancia recientemente en recetas para quienes adoptan una dieta baja en hidratos de carbono. Añade humedad y un rico sabor a fruto seco a los platos horneados. Las recetas con harina de almendra suelen ser muy calóricos.