El jengibre ha sido empleado desde hace años gracias a su capacidad para combatir las náuseas y las ganas de vomitar, sobre todo en el embarazo, así como los mareos en los viajes, la gastritis y la diarrea. Favorece la circulación sanguínea, disuelve trombos de arterias y disminuye los niveles de colesterol en sangre. Posee, además, propiedades mucolíticas, por lo que favorece la expectoración. Este jengibre deshidratado con azúcar multiplica sus propiedades gracias a la concentración de sus nutrientes durante el proceso de secado. Puede consumirse como snack o emplearse en tartas, dulces, galletas, bizcochos, etc.
El jengibre es rico en gingerol, un compuesto que tiene un potente poder antiinflamatorio y antioxidante. Como antiinflamatorio es muy útil para tratar el dolor premenstrual, el síndrome de fatiga crónica o la depresión. Como decíamos antes, este producto es ideal para calmar las náuseas y los vómitos, así como los mareos. Además, es eficaz contra el dolor muscular tras el ejercicio físico gracias a sus enormes cantidades de potasio, un mineral que también ayuda a regular la presión arterial y a equilibrar los líquidos del organismo. Su contenido en hidratos de carbono y su cobertura de azúcar ofrece grandes dosis de energía, por lo que es un buen alimento para deportistas por partida doble.
Tradicionalmente, el jengibre ha sido utilizado para calmar dolencias del aparato digestivo, como afecciones intestinales. Estimula el páncreas y crea enzimas que ayudan al proceso de la digestión. Además, reduce el riesgo de sufrir gases, flatulencias y otros efectos secundarios, al mismo tiempo que actúa como antibiótico natural contra las bacterias que causan el mal aliento, la gastritis o la diarrea.
El jengibre deshidratado con azúcar, por la concentración de sus nutrientes es un buen remedio para tratar enfermedades respiratorias, gripes y resfriados. No en vano alivia la fiebre, elimina la congestión y el dolor de garganta y ayuda a desinflamar la nariz congesionada por sinusitis.
